Pasar por diferentes emociones es parte de la vida. Todos nos sentimos tristes o decaídos a veces, y esto puede ser una respuesta natural y apropiada a lo que sucede a nuestro alrededor. A menudo, el paso del tiempo y el apoyo de las personas cercanas pueden ayudar a que las cosas vuelvan a sentirse mejor.
Cuando un joven se siente deprimido, la tristeza y los sentimientos bajos no cambian ni desaparecen con el tiempo. Estos sentimientos pueden llegar a ser abrumadores e impedirles hacer o disfrutar de las cosas que normalmente harían.
Saber que su hijo está experimentando esto puede ser increíblemente preocupante o angustiante como padre. Recuerde que muchos jóvenes pasan por la depresión, que es posible que su hijo salga del otro lado y se sienta bien de nuevo, y que hay lugares donde usted y su hijo pueden encontrar apoyo.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Aunque cada joven es diferente y expresa sus sentimientos de forma distinta, su hijo puede sentirse deprimido si
- se aísla o evita a sus amigos o situaciones sociales
- le cuesta concentrarse o pierde el interés por las tareas escolares
- no quiere hacer las cosas que antes disfrutaba
- se siente irritable o enfadado
- se siente lloroso, miserable, solitario o desesperado
- sentirse vacío o insensible
- ser muy autocrítico
- dormir más o menos de lo normal
- comer más o menos de lo normal
- sentirse cansado o sin energía
- querer autolesionarse
¿Hay cambios que puedan hacerse en casa o en la escuela para facilitar las cosas?
Si no se siente capaz de hablar contigo, anímale a hablar con otra persona, pero asegúrate de que seguirás estando ahí. Infórmales sobre el apoyo telefónico, el chat web, el correo electrónico y los mensajes de texto a los que pueden acceder desde los servicios que se enumeran al final de esta guía.

Ayúdale a mantener sus rutinas, actividades y contactos con otras personas en la medida de lo posible. Aproveche las oportunidades para ver a sus amigos y familiares, y anímelos a hacer las cosas que les gustan, ya sea hacer ejercicio, escuchar música, hacer algo creativo como colorear o dibujar, ver su película favorita, leer su libro preferido o salir a pasear con usted.
Ayúdeles a hacer las cosas cotidianas que contribuyen a su bienestar. Esto incluye levantarse a una hora regular, comer regularmente, hacer ejercicio, beber agua, pasar tiempo de calidad con los seres queridos y dormir lo suficiente.
Tranquilícelos. Hágales saber que les quiere, que estos sentimientos no durarán para siempre y que puede encontrar apoyo para ayudarles a sentirse mejor.
No ignores los signos de preocupación, esperando que desaparezcan. Confía en tu instinto: sabes cuando algo no está bien.
Busca ayuda profesional si te preocupa la salud mental de tu hijo.
Algunos niños y jóvenes necesitan ayuda profesional y especializada para sentirse mejor. Pueden beneficiarse de un diagnóstico específico o de un tratamiento como la terapia conversacional. A continuación puedes encontrar más información al respecto.